Modelo de trabajo

Crianza positiva y psicoeducación en funciones parentales y marentales

“Si no se cría un/a niño/a en el amor, sino que se cría en el miedo, no aprende a amar: aprende a defenderse”

F. Doltó

Como modelo ecológico, desde la perspectiva de la parentalidad/marentalidad positiva se considera que la crianza no es una tarea que tenga que llevarse a cabo en solitario. Cada madre y cada padre debe disponer de una red de recursos formales e informales que les fomente los sentimientos de competencia y que incrementen sus habilidades y recursos personales. La familia extensa, la red de amigos/as y la red semiinformal de la comunidad funcionan como un marco natural de contención y apoyo; los recursos institucionales deben dar respuesta a las necesidades reales que tienen los padres y madres en la crianza de los hijos e hijas.

EDUVIC · Famílies, desde esta perspectiva, acompaña a los padres, madres y personas cuidadoras adultas a comprender que el bienestar psicológico de los niños/as y adolescentes necesita vínculos afectivos estables y cálidos, sensibilidad, receptividad, un entorno estructurado, apoyo, una relación sujetadora, una respuesta sincrónica (que implica la mentalización adecuada de los estados físicos y emocionales del niño/a), reconocimiento (como disposición y capacidad de escucha y confirmación de la experiencia personal), flexibilidad y respeto hacia las etapas evolutivas , entre otros (Rodrigo, 2010).

Las competencias parentales y marentales, núcleo de la intervención que se hace desde EDUVIC · Famílies, hacen referencia a las capacidades prácticas que tienen los padres y madres para cuidar, proteger y educar a los hijos e hijas, asegurándoles un desarrollo suficientemente saludable. Estas habilidades se corresponden con la plasticidad de
las madres y los padres, que les permite dar una respuesta adecuada y pertinente a las necesidades de los hijos e hijas de forma singular, de acuerdo con las fases de su desarrollo. Se refiere, pues, a una noción de parentalidad/marentalidad como una función abierta, constitutivamente dinámica, que puede evolucionar con el tiempo y el aprendizaje.

Conlleva poner un acento especial en el trabajo con los hombres-padres para promover su implicación durante la gestación y la crianza de los hijos/as desde el momento del nacimiento como un aspecto fundamental para favorecer el buen desarrollo de los niños/as y la consolidación de dinámicas familiares positivas y responsivas.